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Revista Latinoamericana de Psicología

Print version ISSN 0120-0534

rev.latinoam.psicol. vol.41 no.1 Bogotá Jan./Apr. 2009

 

VALIDACIÓN CHILENA DEL CUESTIONARIO DE EVALUACIÓN DE APEGO EN EL ADULTO CAMIR

CHILEAN VALIDATION OF THE QUESTIONNAIRE OF ATTACHMENT EVALUATION IN THE ADULT CAMIR

Lusmenia Garrido
Universidad Católica del Maule, Chile

María Pía Santelices
Pontificia Universidad Católica de Chile

Blaise Pierrehumbert
Universitéde Lausanne, Suiza

Iván Armijo
Pontificia Universidad Católica de Chile

Correspondencia: Lusmenia Garrido, Universidad Católica del Maule, Chile. Correo Electrónico: lgarrido@ucm.cl .
La elaboración de este artículo contó con el financiamiento otorgado por el Proyecto Interno N 8.1.4.11. de la Universidad Católica del Maule, y el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, FONDECYT
Nº 7060155


Resumen

El objetivo de esta investigación fue examinar la confiabilidad y validez del instrumento de evaluación de apego en el adulto, .Cartes: Modèles Individuels de Relation (CAMIR)., en la realidad sociocultural chilena. Este instrumento, basado en la teoría del apego, es un cuestionario de auto-reporte que evalúa los modelos operativos internos en adultos y otras escalas relacionadas al apego. Los participantes fueron 578 sujetos, 204 hombres y 374 mujeres, con edades entre 14 y 80 años. Los sujetos completaron el CAMIR y medidas de vínculo y sintomatología actual, a través del Parental Bonding Instrument (PBI) and Outcome Questionnaire OQ-45.2. A través del análisis estadístico de los resultados se evaluaron las características psicométricas del test y se analizó la posibilidad de generar normas locales para la prueba. Los resultados confirmaron que el CAMIR es un instrumento confiable y válido en la evaluación de los modelos internos de relación en adultos.

Palabras clave:CAMIR, modelos, apego, adultos.


Abstract

This study was designed to estimate the validity and reliability of the .Cartes: Modèles Individuels de Relation (CAMIR)., in Chile. This inventory, based on attachment.s theory, it.s a auto-questionnaire evaluates the working models in adults and other scales relating to attachment. Participants were 578 individuals, 204 males and 374 females, 14 a 80 years old. Individuals completed the CAMIR and measures of bond and actual symptoms, with the Parental Bonding Instrument (PBI) and Outcome Questionnaire OQ-45.2. The general norms were obtained according to a statistical analysis of the results and to an evaluation of the psychometric characteristics of the test. The results confirmed that the psychometric characteristics of the CAMIR make it a reliable and valid tool to assess working models in adults.

Key words:CAMIR, models, attachment, adults.


Introducción

La teoría del apego (Bowlby, 1969, 1986, 1989, 1998) es concebida como una tendencia de los seres humanos a establecer vínculos afectivos sólidos con personas determinadas a través de la vida. En la actualidad, la teoría constituye una de las construcciones teóricas más sólidas e influyentes en distintas áreas de la psicología y cuenta con importante investigación empírica (Hazan & Shaver, 1994a; Marrone, 2001; Rholes & Simpson, 2004; Shaver & Mikulincer, 2002b).

La experiencia del niño con sus cuidadores tiene un rol fundamental en la capacidad posterior de establecer vínculos afectivos; es importante que el niño pueda depender de sus figuras de apego y que éstas puedan contener y proteger al niño cuando lo necesita. Esto tendría que ver con lo que Bowlby (1969, 1986, 1989) identificó como modelo operativo interno, "internal working model", que se define como una representación mental de sí mismo y de las relaciones con los otros, y que hacen posible anticipar, interpretar y responder a la conducta de sus figuras de apego, ya que integran experiencias presentes y pasadas en esquemas cognitivos y emocionales. Estos modelos, construidos a partir de las relaciones con las figuras de apego (West & Sheldon-Keller, 1999), se organizan como patrones de pensamientos, memoria, sensaciones y sentimientos acerca de las relaciones tempranas y sirven de guía para futuras relaciones interpersonales significativas (Benoit & Parker, 1994; Fonagy, Steele & Steele, 1991; Fonagy et al., 1995; Pietromonaco & Feldman, 2000).

Para Bretherton (1990, 1997, 2005), la propuesta de Bowlby en relación a los modelos operantes internos es uno de los conceptos más relevantes de su legado, en la medida que forma la base desde la cual los sujetos inician y mantienen otras relaciones cercanas. Además, serían relativamente estables a lo largo del ciclo vital (Bretherton, 1999; Fonagy, 1999). Este concepto es clave en la medición o evaluación del apego en el adulto; si bien en las primeras décadas el esfuerzo se orientó a la evaluación del apego en niños a través de comportamientos específicos (Ainsworth, Blehar, Waters & Wall, 1978), en las últimas décadas se ha producido un creciente interés por estudiar el apego en el adulto (Shaver & Mikulincer, 2002a; Simpson & Rholes, 2002; West & Sheldon-Keller, 1999), siendo las representaciones y modelos internos conceptos centrales (Collins, Guichard, Ford & Feeney, 2004).

Una de las primeras propuestas en este ámbito, fue la Entrevista de Apego Adulto o Adult Attachment Interview, descrita con la sigla AAI, y creada por Mary Main (Marrone, 2001). Esta entrevista es una medida representacional basada en la narrativa de los sujetos de su propia historia de apego; el énfasis está en las representaciones mentales de las relaciones padre-hijo (Shaver & Mikulincer, 2002b). Si bien es una de las entrevistas más utilizadas en la actualidad (Maier, Bernier, Pekrun, Zimmermann & Grossmann, 2004), tiene ciertas desventajas que la hacen más inaccesible, ya que requiere un entrenamiento costoso, realizado en pocos lugares del mundo y un conocimiento importante de la teoría del apego (Martínez & Santelices, 2005). Por otro lado, Carnelley y Brennan (2002) alertan en relación a la subjetividad que existe en la codificación de la trascripción de la AAI, lo que podría implicar errores en la categorización de los sujetos.

Luego de estos primeros intentos y hasta la actualidad, ha sido enorme la diversificación en la medición del apego adulto, poniéndose énfasis distintos en su conceptualización, en la forma de evaluar, en el foco de la evaluación, en el tipo de instrumentos utilizados, etc.(Bartholomew, 1994; Bifulco, 2002; Casullo & Fernández, 2005; Griffin & Bartholomew, 1994; Harris, 2002;Jacobvitz, Curran & Moller, 2002; Martínez & Santelices,2005; Hazan & Shaver, 1994b; Shaver & Mikulincer, 2002a; Shaver & Mikulincer, 2004; Stein, Jacobs, Ferguson, Allen& Fonagy, 1998; Stein et al., 2002).

Martínez y Santelices (2005) presentan una exhaustiva revisión de la evaluación del apego y señalan que en Chile no existe una tradición en la investigación del apego en adultos, insistiendo además en la escasez de literatura nacional en esta temática. Lo anterior aumenta la relevancia de la presente investigación, al permitir contar con un instrumento validado en población chilena.

CAMIR: Cartes, Modeles Individuels de Relation

Cartes, Modeles Individuels de Relation (CAMIR), es un cuestionario de autoreporte para acceder a los modelos operativos internos en adultos. Este cuestionario fue creado por Pierrehumbert et al. (1996) en Lausanne, Suiza. Su objetivo es la evaluación de las estrategias relacionales del adulto, suponiendo la existencia de un modelo de sí mismo y del otro en las relaciones interpersonales(Pierrehumbert et al., 1996).

Para la construcción de CAMIR, el objetivo fue crear un instrumento que enfatizara en primer lugar las relaciones en la infancia, pero igualmente lograra dar cuenta de las representaciones de las personas en cuanto a sus necesidades emocionales y las de los demás. Se trataría de conocer, por una parte, la apreciación actual de la persona acerca de las relaciones de vínculo en la infancia y, por otra, las características del sistema de intercambio interpersonal en su medio familiar actual. Así, los ítemes se definieron para cubrir 4 niveles de realidad: el presente (preguntas relativas a la familia actual), el pasado (preguntas destinadas a captar elementos de la experiencia pasada con los padres), el estado de ánimo (preguntas concernientes a la apreciación actual de la implicación de los padres en un nivel de elaboración, más que a los recuerdos o experiencia real) y las generalizaciones (representación generalizada y semántica de la parentalidad y de las necesidades emocionales de niños y adultos). En cada uno de estos niveles, los ítemes exploran las estrategias relacionales, a) estrategia primaria: la persona valora el apoyo social y la seguridad relacional (prototipo seguro) y b) estrategia secundaria: la persona valora la independencia en desmedro del apoyo relacional (prototipo rechazante) o, por el contrario, valora la implicación interpersonal en desmedro de la autonomía (prototipo preocupado).

La fuente para la obtención de los ítemes fue la literatura, entrevistas clínicas e instrumentos ya existentes. La base original estuvo constituida por 1500 ítemes; se procedió a reducciones sucesivas por consenso para eliminar redundancias, pasando a 251 ítemes que constituyeron un precuestionario Bi-Mir, que fue aplicado a 368 personas de Suiza y Francia. Se realizó un estudio de validación del instrumento, utilizando un análisis factorial en rotaciones varimax, sobre los 251 ítemes de 339 cuestionarios completos. Se aislaron 13 factores (A a M), con un total de 72 ítemes, cuya consistencia interna para los 13 factores son: .72, .70, .81, .82, .78, .70, .81, .48, .85, .78, .71, .71, .71. Estos 72 ítemes constituyeron el cuestionario definitivo CAMIR, reagrupados en las siguientes escalas:

Escala A: Interferencia Parental (IP); Escala B: Preocupación Familiar (PF); Escala C: Resentimiento de Infantilización (RI); Escala D: Apoyo Parental (AP); Escala E: Apoyo Familiar (AF); Escala F: Reconocimiento de Apoyo (RA); Escala G: Indisponibilidad Parental (IP2); Escala H: Distancia Familiar (DF); Escala I: Resentimiento de Rechazo (RR); Escala J: Traumatismo Parental (TP); Escala K: Bloqueo de Recuerdos (BR); Escala L: Demisión Parental (DP); Escala M: Valorización de la Jerarquía (VJ).

Las escalas ABC se aproximan a la noción de preocupación, las escalas DEF son relativas a la autonomía, las escalas GHI evocan lo rechazante, las escalas JK se relacionan con la no-resolución y las escalas LM son relativas a la estructuración del medio familiar.

De tal manera, el cuestionario definitivo mantuvo 72 ítemes, los que fueron transcritos cada uno sobre una carta. La aplicación, que dura aproximadamente 30 minutos, implica la utilización del cuestionario de dos maneras diferentes: en formato Likert y en formato Q-Sort.

En una primera etapa se solicita al sujeto repartir las 72 cartas en cinco montones, desde muy verdadero, verdadero, ni verdadero ni falso, falso, a muy falso, teniendo puntajes de 1 a 5. Posteriormente, se procede al procedimiento Q-Sort o de distribución forzada, solicitando al sujeto retomar su elección de manera que cada montón tendrá un número determinado de cartas, indicado en la tarjeta. Este procedimiento es muy interesante, ya que disminuye la deseabilidad social y permite explorar aspectos significativos de la experiencia personal del sujeto. Se dispone de tres prototipos de Q-Sorts: el prototipo rechazante, preocupado y seguro. De este modo, el CAMIR entrega puntajes en 13 factores de variables relacionadas a los patrones de apego y además entrega puntajes en cada uno de los prototipos de apego (seguro, rechazante y preocupado), describiendo al caso predominante.

Dentro de las ventajas de la aplicación de este instrumento se cuenta que: a) evalúa el concepto de apego en forma más integral a las pruebas validadas preliminarmente en Chile, con base en la AAI, considerando además el pasado, presente y el estado de ánimo, y b) su aplicación puede ser realizada de manera económica y rápida, con encuestadores que no necesitan una capacitación tan exclusiva como los de la AAI. Otra ventaja importante es que logra mezclar dos sistemas de clasificación: el categorial y el dimensional, lo que implica una mayor riqueza en el análisis, menores pérdidas de información y mayor utilidad en el ámbito clínico. De hecho, algunos autores contemporáneos sugieren que las mediciones basadas en prototipos, puede ser más adecuada en el apego adulto (Griffin & Bartholomew, 1994), considerando que es difícil que los sujetos correspondan en forma exacta a un patrón de apego dadas las distintas influencias pasadas y las influencias específicas de relaciones y situaciones presentes en sus relaciones de apego. Por último, el CAMIR ha sido utilizado ampliamente en investigación, reafirmando su confiabilidad - validez y la posibilidad de realizar investigación transcultural (Miljkovitch, Pierrehumbert, Karmaniola, Bader & Halfon, 2005; Pierrehumbert et al., 2002).

El presente estudio tiene como objetivo central adaptar y validar el instrumento de evaluación de estilos de apego en el adulto CAMIR para su uso en la población Chilena. Con este objetivo, se analizó la adecuación lingüística del test, la confiabilidad obtenida por sus escalas y la validez del instrumento en sus distintos niveles: Aparente o Face, Contenido, Constructo y Convergente (Anastasi & Urbina, 1997). Como pruebas de contraste se utilizan el PBI y el OQ-45.2, ambos instrumentos validados en Chile. El PBI posee indicadores estadísticos que muestran un buen nivel en su confiabilidad y validez (Melis et al., 2001), evaluando escalas de cuidado (apunta a la presencia o ausencia de éste, y es definido como afectuosidad, contención emocional, empatía y cercanía o frialdad emotiva, indiferencia y negligencia) y sobreprotección (alude a la presencia o ausencia de ésta y se define como control, sobreprotección, intrusión, contacto excesivo, infantilización y prevención de la conducta autónoma), permitiendo obtener estilos de vínculo parental que pueden transformarse a categorías clásicas de apego.

Por otra parte, existe abundante evidencia de la relación existente entre estilos de apego y psicopatología, reportada en una gran cantidad de investigaciones y que apunta a mayores problemáticas en los estilos de apego inseguros (Allen et al., 2001; Andersson & Perris, 2000; Crittenden, 1995; Green & Goldwyn, 2002; Muris, Mayer & Meesters, 2000). De este modo, se espera confirmar que existan diferencias en los puntajes obtenidos en el OQ-45.2, entre los distintos estilos de apego evaluados a través del CAMIR, tendiendo los estilos inseguros a presentar puntajes más elevados en las escalas del OQ-45.2.

De esta manera, los objetivos específicos de esta investigación fueron: a) adaptar los ítemes del CAMIR a la realidad social y cultural chilena desde un punto de vista lingüístico y semántico, b) evaluar validez aparente, de contenido, de constructo y convergente del instrumento adaptado, y c) analizar la consistencia interna de CAMIR, sus escalas y prototipos.

Método

Participantes

Se evaluó un total de 578 sujetos (374 mujeres y 204 hombres), provenientes de la Región Metropolitana (n=193) y del Maule (n=385) de Chile. Se utilizó un proceso de muestreo mixto. En el caso de la Región Metropolitana, el muestreo se hizo entre madres que asistían a programas de promoción de apego seguro y que constituyeron la muestra de la primera evaluación de la adaptación chilena del test, a la que se agregó una muestra universitaria que permitió representar a personas de distinto sexo y nivel socioeconómico (NSE). En el caso de la Región del Maule, se hizo un muestreo aleatorio simple entre alumnos, docentes y funcionarios de la Universidad Católica del Maule (con base en los registros académicos universitarios) y entre funcionarios del Hospital Regional de Talca (con base en los registros del hospital). La edad promedio de hombres (M: 27.28, DE: 10.92) y mujeres (M: 26,63, DE: 10,29), no muestra diferencias estadísticamente significativas (t=0,72, p=0,47). El 77% de la muestra se encuentra en el rango joven, de 14 a 30 años (n=445), mientras que el 33% restante está en el rango adulto, de 31 a 80 años (n=133). La clasificación por NSE se pudo obtener en forma confiable para el 82,2% de la muestra (n=475), con un 26.9% de sujetos de NSE bajo, 59.4% de NSE medio y 12.4% de sujetos con NSE alto. Todos los sujetos aceptaron voluntariamente participar en el estudio, obteniéndose el consentimiento informado correspondiente y la aprobación de los comités de ética de las instituciones correspondientes.

Instrumentos
CAMIR (Cartes, Modèles Individuels de Relation)

Se midió los modelos internos de relación y las estrategias relacionales de los individuos o prototipos de apego; estrategia primaria: seguro y estrategia secundaria: rechazante-preocupado, además de las 13 escalas ya señaladas en el apartado anterior. Se utilizaron 71 de los 72 ítemes originales del CAMIR (Pierrehumbert et al., 1996), con formato de respuesta tipo Likert de 1 a 5 (desde muy verdadero, verdadero, ni verdadero ni falso, falso a muy falso) y en la segunda etapa se agrega el procedimiento Q-Sort, en que se obliga al sujeto a dejar una cantidad específica de cartas en cada categoría (desde muy verdadero, verdadero, ni verdadero ni falso, falso a muy falso).

Parental Bonding Instrument (PBI)

Adaptado en Chile por Albala y Sepúlveda (1997) y estandarizado por Melis et al. (2001). El PBI es un cuestionario de autorreporte, desarrollado por Parker, Tupling y Brown en 1979, que mide la percepción de la conducta y actitud de los padres en relación con el sujeto en su infancia y adolescencia. El cuestionario posee un total de 25 ítemes, que se contestan en forma separada en relación a los recuerdos con el padre y con la madre; en este estudio sólo se contestó en relación con la madre. Cada ítem se puntúa a través del método Likert y éstos componen dos escalas: cuidado (apunta a la presencia o ausencia de éste, y es definido como afectuosidad, contención emocional, empatía y cercanía o frialdad emotiva, indiferencia y negligencia), y sobreprotección (alude a la presencia o ausencia de ésta y se define como control, sobreprotección, intrusión, contacto excesivo, infantilización y prevención de la conducta autónoma) (Melis et al., 2001). A partir de los puntajes se pueden elaborar cinco tipos de vínculos parentales: vínculo óptimo, ausente o débil, constricción cariñosa, control sin afecto y promedio entre ambas escalas. En la adaptación Chilena, el PBI obtuvo buenos niveles de confiabilidad (con a de Cronbach entre .78 y .93) y logró replicar la estructura factorial de la versión original. Para efectos del presente estudio se consideró un vínculo positivo la obtención de puntajes medios y altos de cuidado asociados a baja sobreprotección, un vínculo medio cuando se obtienen puntajes medios de cuidado y medios de sobreprotección, y vínculo negativo cualquier combinación que incluya alta sobreprotección o bajo cuidado.

Este instrumento ha sido utilizado ampliamente a nivel mundial (Manassis, Owens, Adam, West, & Sheldon- Keller, 1999; Mancini, D.Olimpio, Prunetti, Didonna, & Del Genio, 2000; Cheng & Furnham, 2004; Favaretto, Torresani & Zimmerman, 2001; Myhr, Sookman & Pinard, 2004; Willinger, Diendorfer-Radner, Willnauer, Jorgl & Hager, 2005).

OQ-45.2

Validado y adaptado para Chile el año 2001 por De la Parra, Von Bergen y Del Río, el OQ-45.2 es un cuestionario autoadministrado que permite evaluar patología y que logra discriminar poblaciones consultantes y controles. Fue creado por Lambert et al. (1996) y ha sido utilizado ampliamente en investigación (Correa et al., 2006; Florenzano, Artero, Gonzalez, Martínez & Ortega, 2005). El instrumento consta de 45 ítemes que se puntúan a través del método Likert, y que abarcan tres dominios de problemáticas de personas en búsqueda de ayuda psicoterapéutica: a) síntomas y malestar subjetivo con 25 ítemes, b) relaciones interpersonales con 11 ítemes y c) rol social con 9 ítemes. Los autores reportan una alta capacidad de discriminación del instrumento, tanto entre pacientes y controles, como en la población misma, según el grado subjetivo de perturbación psicológica. Los índices de confiabilidad por métodos a de Cronbach fluctúan entre .65 y .88 para las sub-escalas y .91 para la escala total. El OQ45-2 se utilizó como criterio externo de validación para los resultados del CAMIR, dada la evidencia acerca de asociación significativa entre estilos de apego y psicopatología (Allen et al., 2001; Andersson & Perris, 2000; Benony, Peny, Gianoli, Hernández & Larome, 2001; Crittenden, 1995; Green & Goldwyn, 2002; Muris, Mayer & Meesters, 2000).

Procedimiento

El proceso de adaptación del CAMIR siguió los pasos típicos de adaptación y validación de test. La versión chilena se construyó sobre la base de la traducción y retraducción de la versión francesa del test (Pierrehumbert et al., 1996), siendo ésta aprobada por el autor principal del test. La versión en español fue evaluada por un grupo de jueces expertos, quienes verificaron tanto la validez de contenido del test, como la adecuación de la redacción de los ítemes a las formas lingüísticas chilenas. A partir de este análisis, y luego de una aplicación piloto con una muestra reducida para verificar la comprensión de los ítemes, se decidió eliminar el ítem 70 (.De niño(a), a menudo tenía la sensación que mis seres queridos no estaban muy seguros de la
validez de sus exigencias.), dado que se lo consideró confuso para la población chilena, ajustando los cálculos de escala correspondientes.

La versión final fue aplicada a la muestra, obteniendo los puntajes por escala y por tipo de apego para cada individuo. Se calcularon los estadísticos descriptivos para cada escala, la consistencia interna (a de Cronbach) y la homogeneidad (correlación inter-ítem) de cada escala y del test general. Se analizaron las correlaciones inter-escala y la estructura factorial interna de los ítemes como forma de verificación de la validez de constructo. Finalmente, se analizó la validez concurrente del test verificando la asociación obtenida entre los tipos de apego CAMIR y la calidad del vínculo detectada por el PBI, así como la asociación de los distintos tipos de apego CAMIR con los niveles de patología detectados por el OQ-45.

Resultados

Los puntajes escalares del test CAMIR se calculan con base en las medias de los puntajes de los ítemes que las componen. De esta manera, todas las escalas pueden obtener puntajes que fluctúan entre 1 y 5 puntos, donde un mayor puntaje indica mayor presencia de la dimensión medida. Dadas estas restricciones, es esperable obtener medias entre 2 y 3 puntos y una distribución relativamente normal de los puntajes.

Por su parte, las dimensiones de apego son evaluadas inicialmente por medio de una correlación de un patrón estándar de respuesta representativo de cada estilo con el perfil de respuesta de cada sujeto. De esta forma, los puntajes pueden fluctuar entre -1 y 1, donde a mayor puntaje se registra un mayor nivel de ajuste con cada patrón de apego.

A partir de estos datos se calcula el puntaje estandarizado con el cual se puede clasificar el estilo de apego dominante, comparando los puntajes obtenidos en cada escala por el sujeto y asignándolo a la categoría de la escala donde obtiene un puntaje mayor. Con este criterio, la distribución por tipo de apego en base a los puntajes Q originales y en la versión chilena se muestra en la Tabla 1 .

No se encontraron diferencias significativas por sexo en los puntajes obtenidos en las escalas de apego (p>0.01 en todos los casos), ni en la clasificación categorial de apego obtenida, indistintamente de usar la norma original (c2 (3, n=578)=8.767, p=0.033), o la adecuación a puntajes chilenos (c2 (3, n=578)=8.162, p=0.043). Tampoco se encontraron diferencias significativas al comparar los puntajes escalares obtenidos según NSE, ni una asociación entre el NSE y el tipo de apego predominante.

En cuanto a la variable edad, no se detectaron asociaciones significativas de los puntajes estandarizados en las escalas de apego con la edad reportada por los sujetos (-0.055 = r = 0.047, p>0.05), ni tampoco diferencias en la edad de los grupos de tipo de apego detectados (Norma original: F (3,574)=.703, p=.55; Norma muestral: F (3,574)=1.12, p=.34).

Análisis de Confiabilidad del Test

En relación a la consistencia interna, las escalas mostraron niveles adecuados de confiabilidad, similares a los obtenidos en la validación del test original, salvo en las Escalas de Interferencia Parental (a=.54), Distancia Familiar (a=.33), Demisión Parental (a=.39) y Valoración de Jerarquía (a=.33). De estas, la escala de Distancia Familiar ya presentaba niveles bajos de consistencia en la versión original del test, de modo que no representa un resultado inesperado. Sin embargo, las restantes tres escalas deberían ser revisadas para detectar posibles causas de los bajos niveles de confiabilidad alcanzados. El análisis de confiabilidad permitió detectar además, algunos ítemes que sería recomendable eliminar, ya sea por su efecto negativo sobre la consistencia interna de la escala o por presentar asociaciones inter-ítem negativas. En particular, los ítemes 54 (de Interferencia Parental), 53 (de Apoyo Parental), 17 (de Distancia Familiar), 50 (de Resentimiento de Rechazo), 46 (de Bloqueo de Recuerdos), 16 (de Demisión Parental), y 24 (de Valoración de Jerarquía).

TABLA 2

Por su parte, las correlaciones observadas con las dimensiones de apego general del test mantienen también una estructura coherente con lo esperado teóricamente, lo que reafirma la validez de constructo del instrumento. En particular, el apego seguro se asocia positivamente en forma estadísticamente significativa con las dimensiones de Apoyo Familiar (r=.60), Parental (r=.78) y Reconocimiento de Apoyo (r=.72) y negativamente con Resentimiento de Infantilización (r=-,71), Indisponibilidad Parental (r=-,73), Resentimiento de Rechazo (r=-.83) y Traumatismo Parental (r=-,76). El apego rechazante, posee sus mayores asociaciones positivas con Resentimiento de Rechazo (r=.51) e Indisponibilidad Parental (r=.50), mientras que las mayores asociaciones negativas se encuentran con Apoyo Parental (r=-,59) y Familiar (r=-.64). Por su parte, el estilo preocupado muestra asociaciones positivas con Interferencia Parental (r=.63), Resentimiento de Infantilización (r=.66) y Resentimiento de Rechazo (r=.63), y las mayores asociaciones negativas con las escalas Apoyo Parental (r=-.55) y Reconocimiento de Apoyo (r=-.51). Finalmente, las escalas que consistentemente muestran baja asociación con los distintos tipos de apego son: Bloqueo de Recuerdos, Demisión Parental y Valoración de la jerarquía.

En relación con las dimensiones de apego preocupado y rechazante, muestran una asociación negativa con los puntajes de apego seguro, y bastante baja entre sí, lo que concuerda con lo esperado en base a la definición dada por la literatura a cada uno de ellos.

La estructura interna del test fue explorada por medio de un Análisis Factorial por Componentes Principales. El análisis previo de los datos mostró una buena adecuación muestral para este tipo de análisis (KMO=.934, c2 para prueba de esfericidad de Bartlett (2485, N=578)=16517.6, p=.000), encontrándose un total de 16 factores (eigenvalues>1), que explican el 59% de la varianza total del instrumento. De estos, se decidió trabajar con los primeros 8 factores, tomando como punto de corte el tener al menos un 2% de varianza explicada, y estar compuesto por al menos dos ítemes significativos en su estructura. La estructura de cada factor se obtuvo por medio de una rotación oblicua de tipo Oblimin, que permitió diferenciar más claramente las cargas factoriales. Dadas las restricciones de tamaño (considerando que se cuenta con 71 ítemes), para la interpretación de los factores se consideraron sólo aquellos ítemes con peso factorial superior o igual a 0.4.

Los factores encontrados se detallan en la Tabla 3 . Puede observarse que la estructura factorial reconstruye completamente las escalas de Preocupación Familiar (factor 2) y Apoyo Familiar (factor 4), y parcialmente, Demisión Parental (factor 5), Bloqueo de Recuerdos (factor 7) e Interferencia Parental (factor 8).

Por otro lado, las escalas de Apoyo Parental, Reconocimiento de Apoyo, así como las de Resentimiento de Infantilización, Distancia Familiar y Resentimiento de Rechazo no aparecen representadas en la estructura latente detectada y más bien, se mezclan en otras dimensiones detectadas. En particular, llama la atención la detección de dos factores que mezclan ítemes de diversas escalas teóricas del test: Percepción de Abandono Infantil (factor 1) y Desconexión Emocional (factor 3), los que podrían ser considerados como alternativas para la generación de nuevos sistemas de puntuación del test.

Dados los resultados obtenidos, se realizó un segundo análisis factorial, esta vez para detectar la estructura latente de las escalas del CAMIR. Para favorecer la generación de una estructura simple se trabajó con una rotación de tipo Equamax. El análisis previo de los datos mostró que estos cumplían las condiciones para realizar un análisis de este tipo (KMO=.901, c2 para prueba de esfericidad de Bartlett (78, N=578)=3840,72, p=.000). Se detectaron 3 factores que explican el 65% de la varianza de las escalas del CAMIR. Al analizar las cargas factoriales se observa que la agrupación de escalas concentra en el primer factor a todas las escalas asociadas a rechazo parental y sus efectos, lo que podría asociarse principalmente al estilo de apego rechazante o preocupado. El segundo factor, en cambio, agrupa a todas las escalas asociadas a la percepción de apoyo por parte del grupo familiar, en la línea del apego seguro. El factor 3, finalmente, agrupa a escalas que no se asocian directamente a un estilo de apego, sino más bien a elementos de estructuración del medio familiar, en la línea de lo planteado por Pierrehumbert et al. (1996).

En definitiva y en lo que respecta a los constructos a la base del test, podemos decir que si bien no se reconstruyen estadísticamente todas las escalas que lo componen, sí se observa en el test un funcionamiento interno concordante a lo esperado teóricamente, enfatizando el rol de dimensiones subyacentes nuevas tales como la percepción de abandono en la infancia.

Otra perspectiva de validación de constructo del test es verificar la presencia de asociaciones con variables que han sido detectadas consistentemente en la literatura previa. En particular, se verificó la asociación existente entre los puntajes obtenidos en las escalas CAMIR con los niveles de patología detectados por OQ-45.2. Se observó consistentemente una asociación positiva entre los niveles de patología medidas por todas las escalas OQ-45.2, con los puntajes registrados en Interferencia Parental, Preocupación Familiar, Resentimiento de Infantilización, Distancia Familiar, Resentimiento de Rechazo, Traumatismo Parental y Bloqueo de Recuerdos, mientras que las escalas de Apoyo parental, Apoyo Familiar y reconocimiento de Apoyo muestran una asociación de tipo negativo con la presencia de patología (Tabla 4 ). Del mismo modo, la dimensión de apego seguro muestra asociaciones negativas, estadísticamente significativas, con los niveles de patología de todas las escalas, mientras que la dimensión de apego preocupado se asocia en forma positiva y estadísticamente significativa con los niveles de patología detectados por las escalas del OQ-45.2.

Finalmente, se analizó la convergencia de los resultados obtenidos por el Test CAMIR, con las escalas evaluadas por PBI, como forma de validación concurrente del test. La escala de sobreprotección del PBI mostró asociaciones significativas y positivas con Interferencia Parental, Resentimiento de Infantilización, Resentimiento de Rechazo, y Traumatismo Parental, y asociaciones negativas con apoyo parental, apoyo familiar y reconocimiento de apoyo. Por su parte, la escala de cuidado mostró un comportamiento completamente opuesto, tal como puede observarse en la Tabla 5 . Llama la atención que las escalas de Preocupación Familiar, Demisión Parental y Valoración de la Jerarquía, no muestran asociaciones con las escalas del PBI.

En cuanto a las dimensiones de apego, se observa que la dimensión de apego seguro muestra una asociación positiva con la escala de cuidado (r=.55) y negativa con sobreprotección (r=-.36), mientras que las dimensiones de apego rechazante y preocupado se asocian negativamente con la escala de cuidado y positivamente con la escala de sobreprotección.

Posteriormente, al usar las categorías de calidad de vínculo construidas en base a los puntajes PBI, con el procedimiento explicado en la sección de Métodos, se realizó una comparación de los puntajes en las escalas CAMIR entre las tres categorías de calidad de vínculo PBI (Negativo, Medio, Positivo), por medio de un ANOVA simple. Se registraron diferencias significativas en todas las escalas, salvo en Preocupación Familiar, Distancia Familiar, Bloqueo de recuerdos, Demisión Parental y Valoración de Jerarquía. El grupo de Vínculo Positivo medido por el PBI mostró mayores puntajes en la Escala de Apoyo Parental, Apoyo Familiar y Reconocimiento de Apoyo, y menores puntajes en Interferencia Parental, Indisponibilidad Parental, Resentimiento de Rechazo y Traumatismo Parental, diferenciándose significativamente de los grupos de calidad de vínculo Medio y Negativo.

Finalmente, se encontraron también diferencias estadísticamente significativas en los puntajes obtenidos por las personas que componen los grupos de calidad de vínculo positivo, medio y negativo en los puntajes de las dimensiones de apego seguro (F (2,575)=15.45, p=.000), rechazante (F (2,575)=12.00, p=.000) y preocupado (F (2,575)=14.89, p=.000).

En el caso de apego seguro, se observa que los puntajes obtenidos no sólo son mayores en el grupo de vínculo positivo, sino que, además, muestran una menor dispersión, mientras que las escalas de apego preocupado y rechazante muestran un comportamiento inverso, pero sin mostrar diferencias estadísticamente significativas
entre ellas.

Discusión

El objetivo principal de esta investigación fue validar el CAMIR, para así contar con un instrumento válido y confiable que pueda ser utilizado en la investigación psicológica en el medio cultural chileno. Para lograr este objetivo se examinó la consistencia interna y la validez de constructo y convergente de sus escalas, y de los prototipos de apego.

En cuanto a la consistencia interna, los valores obtenidos muestran niveles adecuados de confiabilidad en la mayoría de las escalas del CAMIR, similares a los obtenidos en la validación del test original, salvo en las escalas de Interferencia Parental (alfa=.54), Distancia Familiar (alfa=.33), Demisión Parental (alfa=.39) y Valoración de Jerarquía (alfa=.33). También se detectaron algunos ítemes que presentan un efecto negativo sobre la consistencia interna de la escala o asociaciones inter-ítem negativas (54, 53, 17, 50, 46, 16, 24), que sería sugerible eliminar.

Por otro lado, un aspecto interesante es que al analizar las correlaciones entre escalas del test y estilos de apego, es posible apreciar una estructura coherente con lo esperado teóricamente, reafirmando la validez de constructo del instrumento. En este sentido, el apego seguro se asocia positivamente y de modo significativo con las tres escalas de Apoyo y negativamente con las escalas de Resentimiento, y de Indisponibilidad y Traumatismo Parental. El apego rechazante se asocia positivamente y de modo significativo con las escalas Resentimiento de Rechazo e Indisponibilidad Parental; el estilo preocupado con las escalas Interferencia Parental y ambas escalas de Resentimiento; ambos estilos inseguros se asocian de manera negativa con las escalas de Apoyo. Además, los estilos de apego rechazante y preocupado muestran una asociación negativa con los puntajes de apego seguro y bastante baja entre sí. Lo anterior valida, en gran medida, la conceptualización de los distintos estilos de apego desde las investigaciones iniciales de Ainsworth y Bowlby hasta la actualidad. En esta línea, el estilo seguro se asocia no sólo a una mayor percepción y reconocimiento de apoyo en general, sino también a una mayor búsqueda de éste, sumado a la sensación de disponibilidad de las figuras de apego; de hecho, la investigación muestra que las madres de sujetos con estilos de apego seguro suelen tener respuestas más sensibles hacia sus bebés y estar más disponibles para ellos, a la vez que, permiten una autonomía necesaria. También es concordante con lo reportado empíricamente, que ambos estilos inseguros se asocien negativamente con las escalas de apoyo; específicamente, en el estilo rechazante la literatura muestra que las madres suelen tener conductas activas de rechazo ante conductas de apego e incomodidad ante los afectos negativos, con una menor disponibilidad. Por último, en cuanto al estilo preocupado, las madres suelen presentar reacciones imprevisibles y muchas veces incoherentes, lo que implica inconsistencia en el cuidado y a su vez, menor sensibilidad y disponibilidad.

En cuanto a los resultados obtenidos a través del análisis factorial, un aspecto relevante a destacar es la obtención, con rotación de tipo Equamax, de tres factores que explican el 65% de la varianza de las escalas del CAMIR. Uno de ellos podría asociarse a los estilos de apego inseguros, agrupando escalas asociadas a rechazo parental y sus efectos; el segundo podría asociarse al estilo seguro, al agrupar las escalas que tienen que ver con el apoyo y, por último, hay un factor que agrupa escalas que no se asocian directamente a un estilo de apego determinado.

En este sentido, hay varios elementos que conducen a la necesidad de pensar en la posibilidad de desarrollar una nueva versión del instrumento, algo más reducida, que pueda centrarse en tres cambios fundamentales: la eliminación de ciertas escalas que no se relacionan directamente con ningún estilo de apego, también de aquellas que presentan una baja confiabilidad y la eliminación de los ítemes que no presentaron un funcionamiento adecuado. De lograr lo anterior, se podría contar con un instrumento más reducido pero mejorado, que disminuiría el tiempo de aplicación, pudiendo aumentar así su aplicabilidad en contextos diversos,como por ejemplo en el Sistema de Salud, pudiendo constituirse en un screening o tamizaje inicial que permita detectar diadas en riesgo, incluso en periodos de embarazo, tomando medidas preventivas tempranas, permitiendo así un mejor pronóstico.

Por otro lado, la validación de constructo de los estilos de apego del CAMIR, incluía verificar ciertas predicciones acerca de su relación con la presencia de patología y sintomatología. Tal como se predecía, los resultados muestran una asociación significativa entre los tipos de apego y los niveles de sintomatología detectados por el OQ-45.2, en particular diferenciando el estilo de apego seguro como potenciador de disminución de la sintomatología, en comparación con los estilos de apego preocupado y rechazante, que tienden a asociarse con aumentos en los niveles de sintomatología. Es interesante además, notar que los estilos de apego preocupado y rechazante tienden a no diferenciarse en forma estadísticamente significativa entre sí en los análisis realizados. Estos resultados reafirman los aportes empíricos de investigaciones anteriores y, además, relevan nuevamente la necesidad de generar programas que permitan potenciar el desarrollo de estilos de apego seguro, en la medida que se confirma que la presencia de éste, se constituye en un factor protector de la salud de los individuos (Garrido, 2006).

En cuanto a la validez convergente, efectivamente se observó una asociación significativa entre el apego seguro detectado por el CAMIR y el vínculo positivo detectado por el PBI, tanto en las medidas de las dimensiones de cuidado y sobreprotección, como en la clasificación general, que muestra un claro acuerdo entre la detección de un apego seguro en el CAMIR con un vínculo positivo medido por el PBI.

El análisis de las propiedades psicométricas del CAMIR arrojó resultados satisfactorios y permite concluir que presenta los requisitos necesarios para ser considerada una medida confiable y válida para evaluar los modelos individuales de relación en adultos en el contexto cultural chileno. Las ventajas del instrumento se centran en la facilidad de corrección y la posibilidad de extraer información muy completa del cuestionario. El hecho que se cuente con puntajes en 13 escalas, más los puntajes en cada tipo de apego, permite hacer un análisis más fino y detallado de los datos. La adecuación del instrumento para evaluar modelos individuales de relación en adolescentes y adultos facilita la comparación de los estilos de apego y la observación de la evolución en distintas etapas del desarrollo. Sin embargo, las desventajas son el tiempo de aplicación (en ocasiones mayor a 40 minutos) y la dificultad de algunos sujetos para comprender ciertos ítemes con ideas abstractas. Lo anterior implica considerar que, en el contexto chileno, el instrumento sólo podría ser usado en adultos con un nivel educacional medio o alto.

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Recibido: enero de 2008.
Aprobado: marzo de 2009.

ANEXO

 

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